El rincón de Henry Blacksmiths

Contabilidad en NAV

Normalmente, siempre que se hace una implantación de cualquier ERP, se toma en cuenta las ventajas que tiene el programa para determinadas áreas de la compañía, descuidando siempre uno de los principales departamentos de la compañía. Orientamos nuestros esfuerzos en mejorar la gestión de clientes, los interfaces con proveedores, procesos de almacén, fabricación, pero… ¿Qué pasa con el departamento de Administración?
 


A pesar que siempre se hace bastante hincapié en la importancia de la correcta configuración de la base de datos, se suele cometer dos errores bastante graves que al final hacen que la implantación suponga un autentico quebradero de cabeza:

1)    Dejar la configuración en manos del usuario.

2)    No identificar correctamente los parámetros a configurar.
 
Respecto al primer punto, hay que tener en cuenta que aunque la responsabilidad es del cliente (son sus datos) no tiene capacidad real para saber qué tiene que configurar. La parametrización se suele hacer en fase temprana de la implantación, muchas veces incluso antes que el cliente haya recibido formación. No vale solo con darle una formación  a principios de la implantación y decir, ale ahí te apañes. Es un desastre. El usuario va a configurar lo que cree, no lo que sabe. Estoy seguro que aun estará intentando saber qué es un grupo contable. Un concepto que aún no habrá tan siquiera asimilado. En este punto, la colaboración del consultor debe ser máxima. No podemos dejar que el cliente se ahogue, pero tampoco debemos hacer nosotros toda la configuración. El cliente debe conocer cómo afecta un cambio de un parámetro en cualquier punto de la aplicación a nivel de gestión y contable (muchas veces, tanto consultor como cliente olvidan este punto).
 
El segundo punto es aún más importante si cabe que el primero. El cliente conoce sus datos y como trabaja su actual aplicación. Por ejemplo, si el cliente lleva la gestión de clientes en varias subcuentas 430, nosotros tenemos que tener claro que esas son las fichas de cliente a migrar. Si dentro de esas subcuentas son todos clientes NACIONALES, tenemos claro cual es su grupo contable. ¿Qué más nos falta para configurar e integrar correctamente contabilidad y gestión? Las formas y términos de pago. Aquí el cliente debe informar al consultor cuáles son las formas genéricas a cobrar las facturas (transferencias, pagarés, etc) y cómo influyen en la contabilidad. En determinadas implantaciones, por ejemplo, el cliente no lleva los efectos a una 431 y no lo quiere diferenciar, con lo que no podemos obligarle a hacerlo (aunque lo correcto sería llevarlo a una cuenta 431). Si no configuramos correctamente las cuentas contables, los grupos contables y las formas de pago, el despiporre que se puede producir entre contabilidad y gestión puede ser interesante.
 
Creo que ya he dejado bien claro en este punto la importancia que tiene la parte contable en Navision. Más de la que se le otorga tanto por parte de la empresa de consultoría como por parte del cliente. Con lo que la responsabilidad de la correcta configuración contable es del consultor, pero la responsabilidad de la correcta información de los datos al consultor es del cliente.
 
Ah! Otra cosa que os recomiendo, antes de hacer desarrollos, probad primero lo que os ofrece Navision a nivel contable. Seguro que os sorprende.

Salud.

Henry.

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